La culpa fue de Wayne Cochran y su Pompadour, porque antes de descubrir a este personaje, no tenía ni idea de que existiera un peinado que sonara a marca de té ni que formara parte de una corriente capilar autóctona.

No seguí indagando en el origen de esta moda, porque supuse que sería un fraude estilístico cualquiera, de esos que tanto nos preocupan cuando vamos a la pelu. Pero resulta que no era algo aislado, detrás de todo ese monte de laca y bigudíes, se escondía toda una obra de ingeniería que fue precedida por otras como el Bouffant y el Pouf, y que tuvieron su apogeo en la época de la Gibson Girl.
La Gibson Girl era la Jacky Kennedy de finales del S.XIX. Era era la Nueva Mujer, el ideal femenino creado por el ilustrador Charles Dana Gibson en 1890 y primer icono americano. Era la mujer erudita, sofisticada, esbelta, moderna, intelectual, inquieta y símbolo de los primeros cambios sociales de la época. Con ella se populariza el Bouffant, su variante el Pompadour y el Chiffon, que consistía en una masa de pelo cardado en la parte frontal, (o el tupé que llamamos de toda la vida), y unos tirabuzones o caracolillos en el lateral.
It was Wayne Cochran´s fault. Wayne Cochran´s pompadour, to be more accurate. I thought Pompadour was meant to be a type of tea. Because I had no idea about this hairstyle, until one day Cochran popped into my eyes. I decided to stop researching about the origin of this trend, as I guessed it had to be a stylist fraud. Something that worries us so much when we go to the hairdresser. But it wasn´t an isolated trend, as it turned out an iconic hairdo, symbol of the social changes at the very begining of the 20 century. And I thought ok I understand, I´ve seen many films and pictures of women looking like that, but a man?? Elvis and James Dean came up to my mind, but never in such a huge amount of hairspray.
In 1890, Charles Dana Gibson creates the illustration of the called Gibson Girl, whose hair corresponded to the Pompadour, a variation of Bouffant and Chiffon.
Sin embargo su origen es anterior, pues debe su nombre a la Duquesa-Marquesa de Pompadour amante de Luis XV y que, lo que son las modas, regresará no sólo con la Gibson Girl, sino adaptado en la década de los 50´s en su versión masculina, como parte de la cultura Rockabilly, cuya estética merece un capítulo aparte.
En este punto me encontraba cuando me detengo en la foto de Wayne Cochran y su sobrecogedora masa capilar, que exhibe orgulloso en These Americans, y me pregunto qué demonios esconde en la cabeza.
However, the origin of this hairdo is previous to the Gibson Girl, as it was the Duchess of Pompadour, the lover of Luis XV, the one who made it trendy by that time. And at this point is when I see a picture of James Cochran and I think about what is laying beneath his head, and what he and the Duchess of Pompadour had in common.
Pero el Pompadour no llegó a morir del todo. Porque reapareció hace relativamente poco con otra variante más, el Beehive, que rescató Adele y la trágica Amy Winehouse .
But Pompadour never dies, as it came back not a long time ago with Adele and the tragic Amy Winehouse version called Beehive.
Y es que la historia del peinado da para mucho. Por eso hay que dar un salto cualitativo hasta llegar al Bob de los 20´s con Louise Brooks, los 30´s con Greta Garbo, los 40´s con el Peek-a-boo de Veronica Lake, y los 50´s con el Pin-Up de Bettie Page. Hasta los 60. Y aquí me quedo.
Because the hair history is quite long. From the Duchess of Pompadour, going through the Gibson Girl, the 20´s Bob and Louise Brooks, the 30´s and Greta Garbo style, the 40´s and the Peek-a-boo of Veronica Lake, and the 50´s and the Pin-Up of Bettie Page. So we get to the 60´s. But I must stop here.
Porque en los 60 Vidal Sassoon le corta el pelo a Mary Quant y el mundo cambia. Y como no podía ser de otra forma, ocurre en Londres, centro del modernismo más moderno.
Con Sassoon muere la figura del peluquero y nace la del gran genio diseñador, la del artista. Porque cortaba el pelo como si se tratase de una pieza de tela, como si esculpiera un rostro. Analizaba la inclinación y la distancia desde la frente a las mejillas, y de las mejillas hasta la parte de arriba de las orejas y de las orejas hasta el mentón y desde el mentón hasta la punta de la nariz.
Because in the Swinging Sixties, the hairdresser figure dies and a new designer and artist was borned. Sasoon used the scissors as if cutting a piece of fabric. He studied all the face angles and he really set a technique about haircuts.
Hoy cortarse el pelo en Londres es una osadía, aunque no estemos en los Swinging Sixties. Y para una foránea más todavía, porque si no te entienden cuando lo explicas en castellano imagínate en inglés. Así que cuando vuelva a Madrid, lo tendré por la rodilla, pero no importa, porque las greñas se pueden justificar como indies, grunges, o hipsters. En todas las tribus encaja, como la barba que gracias a Dios no me ha crecido ni en movember ni en decembeard; porque eso sí, hay barberías en cada esquina, que cuidar esas barbas no debe ser tarea fácil.
However, having your hair cut today in London is quite difficult. Not only for a spanish speaking who is never understood not even in her own language, but because of the affordable hairdress concept. The groomer service offers more variety. And since bearing a beard is fashionable, all you can see around are beardguys and barbershops. I don´t know what Wayne Cochran will think about this nowadays.
Sin embargo, el tema de la peluquería femenina asequible, no forma parte de la cultura inglesa. Aquí parece ser un servicio aspiracional al que por ahora, yo no aspiro. Y Wayne Cochran parece que tampoco, aunque no sé que tal andará de pelo ahora a sus 74.
Y es que desde que los sábados por la noche se han reconvertido en los sábados por la tarde, me sobra el tiempo para pensar en estas bobadas. Sobre todo desde que mi pelo sólo encaja en la tendencia del encrespado, en la del volumen que se crece con la humedad (sin llegar al nivel de Cochran, ojo) y siempre parece despeinado. Esa tendencia que lamentablemente no va a morir nunca, por lo menos hasta que no exista esa utopía de wash and blow-dry por 20€ o menos.